Con la luz se revelan los secretos.
¡Haz memoria!, era viernes,
era otoño, y la noche
escondía en las brumas que me mientes.
La cruel verdad brotaba de tus ojos,
ajenos a tu verbo indiferente,
esos ojos queriéndome querer
y el verbo sin quererme.
Si en tus ojos brillaban los faroles
como el astro en el cielo incandescente,
será porque en el fondo
de tu alma negra, sientes.
Creo que querías vivir la vida,
que el corazón permaneciera indemne,
que te olvidara pronto,
y yo…, solo la muerte.