Amarte a tí... mujer,
es morir un poco, cada vez.
Entiendo que al amarte, amor,
dejo en tí... buena parte de mí.
Lentamente... te robas mi vida,
te haces poco a poco
dueña de mí.
Y me quitas los sentidos
tan sutilmente,
he perdido hasta mi libertad.
Descaradamente...
te apoderas de mi vivir,
te has hecho dueña
de mi mente y mi sentir.
Y me dejas indefenso
ante tu humanidad:
¡ahora solo me queda
tu amor como verdad!
Devuélveme algo,
no me dejes así.
¡No quiero ser esclavo,
aunque sea de tí!
xE.C.