Desafino en la copa que homicida
roba un beso en la urdimbre investidura,
desatino en mi boca que suicida,
me acerca sin el dogma a la aventura.
La copa mineral del noble vino
que embriaga mis deseos de mujer,
bebida dominante que devino
y embriaga lo divino en el placer.
Desafino en las normas del amor
traspasa ya mi lecho con la piel.
Desafino en las formas sin temor
porque soy del panal la dulce miel.
Pues sí, yo desafino palpitando
dominios que ambicionan tu querer,
el fuerte desatino que morando
en el alma se anima a florecer.