La lluvia caía
despacio, sin miedo,
venía de lejos,
venía del cielo,
se hacía pedazos
muy pulcros de agua
en esa jornada
de alcanzar el suelo.
La lluvia me moja,
me trae consuelo,
me busca y me encuentra,
no tiene recelos,
me toca la cara,
me acaricia el pelo,
me deja mojada
por fuera y por dentro.