Suspendido de las horas
paso el tiempo esperando tu regreso.
Cada instante me asomo a la ventana
para ver tu figura seductora aproximarse,
solamente el eco de tus pasos,
el caluroso aroma de tus ropas,
la excitante proximidad de tu mirada,
el simple gesto al pronunciar mi nombre.
Bebo en el reloj de angustias
los desesperantes segundos de esta soledad
que me derrota.