Vago, mi mente perdida,
extraviada y nula.
Mi pecho hueco como pozo,
Los pies parecen no tocar el suelo,
arrastran un andar sobrado.
Los ojos a nada de estallar,
Con recuerdos entre las pestañas.
Saliva que se hace hielo, nevando en la garganta.
Cansancio de mil años de insomnio,
Esperando llegar a casa.
Palabras enmudecidas, gritando en las entrañas.
Suspiros que alojan amores desvanecidos.
Nadie me ve, nadie me escucha,
Nadie me habla.
Sobre todo, nadie me siente.