Salí a caminar por lo mismos lugares donde íbamos,
Llegue a los columpios y recordé como reíamos,
Como platicando el tiempo lentamente perdíamos,
Recordé que solíamos hacer algo sin antes planear,
Para que ese lugar se volviera especial por el momento
Que compartíamos, recordé ese dulce sentimiento
Y como lentamente eso se volvió un triste lamento.
Y yo que me jactaba al decir que “el destino es incierto”:
¡Es cierto! me dolió escuchar tu adiós resonando en la habitación,
Tu vuelas libre y yo me encerré en mi propia prisión,
No supe escapar del pasado ni de su nostalgia,
Hoy tu recuerdo me contagia para no salir de la cama.