Mentiras:
las fachadas, pantallas,
cortinas y diligencias
de lobos y serpientes
ocultados a las sombras
disfrazados de ovejas,
acechando entre las redes
de cruceros con trampas puestas;
dudas ofuscadas
señales desvestidas
codificadas y revertidas
porque la masa expectante
requiere de expectorante
y de métodos, y agujas
máscaras y termómetros:
ídolos salvavidas...
Avenidas, esquinas
simulacros y emblemas
pantomimas y esquemas
que vulgos en creencia
a títulos y a cubículos
permiten sin trasfondo
por rutina y por obediencia
sumisos y ultrajados
deshojando reverencia
por aquello de la ley
amenazas y la experiencia...
Autoridades oscuras:
alevosos sin consciencia,
marcando pasos
al azar, altaneros, dizque
cientificados y renombrados
con sus gendarmes
alcaldes y pseudoprensa
mientras la muchedumbre
a la espera de las nuevas
malas nuevas,
innoculaciones tóxicas:
sopa de metales
y químicos, y células
abortadas y mutiladas,
entre exhibiciones fingidas,
reglas así concebidas
países enajenados
aceptando y pidiendo
veneno pintado y cacareado
cual salvación,
aires y desaires
de engaño y desengaño
robando nuestra humanidad
casacas blancas
y una casa blanca: podrida...
...Políticos nefastos
de technocracias y autocracias
sin molestia ni escrúpulos
tomados en sucias manos
clamando triunfo temprano
por orden luciferiano
que caerá bajo su propio caos:
Porque a Dios lo burla... ...nadie.
Ganan el mundo
y gustosamente
entregan sus almas,
entre traición y abandono
contaminando la Creación
y abatiendo nuestra semilla,
con farándula y propaganda
sátiramente sugiriendo
que un microscópico
enemigo invisible
es eludible sólo:
si te encierras con tus miedos
en tu humilde casa, van
repartiendo división
en insana distancia,
despojos y más pobreza,
regocijo ante sufrimientos
de pueblos que gimen
silencio tras silencio:
a un costado, esos
dirigentes enmascarados
sonrientes y descarados
vendidos y comprados
cual traje barato o falda
con palmadas en la espalda
hacen como que hacen
lo mismo que en el inicio
piden que seas valiente
mientras cobardemente:
te empujan al precipicio.