Transcurrido 1973 días desde tu partida, aquí me encuentro sentando en mi lugar de trabajo, rodeado de algunos de tus juguetes favoritos y un hermoso cuadro que adorna mi escritorio, donde se plasma tu fotografía, aquella cuando tenías un año; transcribo mis sentimientos innatos del corazón; escritos que no tienen destinos, mensaje del cual no tendré respuesta, solo me confiesa al amor hacia ti, este amor intacto e inmenso que está dentro, muy dentro de mí para siempre.
Escribo estas líneas para ti, solo para ti, por este amor grande y placentero que tenía para darte pero por cuestiones de la vida misma, no pudo ser así, al escribirte siento un alivio en mis penas, además de sentir tu ternura, que escuchas mis palabras y me dices, ¡api! Aquí estoy a tu lado, no sufras que yo vivo en ti.
¡Cariño mío, hija mía, inmemorable y amada hija…! Desde aquella media noche, (12:07 am para ser exactos), que te fuiste a un lugar mágico y maravilloso, llueven mis ojos lágrimas, que me hacen buscarte en todas parte y escuchar tu ausencia en todas y cada una de las cosas que hago diariamente, lo que contrasta con mi alma que sabe que solo está lejos tu cuerpo, porque tú estás conmigo en cada recuerdo, cada anécdota, cada amanecer radiante lleno de colores que me exponen tu presencia, ¡te siento en cada palpitar de mi corazón! ¡Tú vivirás en mí,... mi vida será tu vida, mi alma será tu alma, mi amor será tu amor, todo en mi será vida, para tu vida!
Estoy en paz conmigo porque sé con todo mi corazón que sembré en tu alma muchas sonrisas, momentos de felicidad, amor y ternura, porque te fuiste cargada de besos, canciones, juego y muchas travesuras. Hoy te imagino radiante, con tus ojos claros y tú cabellera rubia, sumergida entre las nubes, amada, mimada, consentida y rodeada de amiguitos que te han de preguntar ¿ese loco fue tu padre? Y tú respondiendo con una sonrisa en tu rostro ¡Sí! Ese es mi api. Mi api loquito, quien cada mañana camino al lugar donde ahora se encuentra, canta mis canciones favoritas como las vocales, pimpón, nos vamos de paseo, chuchugua y sus composiciones inventadas para dormir ¡jajajaja¡ ese es mi api.
En esta dedicatoria no quería hacer demostraciones de dolor, usar palabras melancólicas o de tristeza, pero mi sentimiento fluyen y con ellos se refleja un corazón flácido que solo tú amor de mi vida sabes el dolor inmenso que hay dentro de él y de mi alma, al no tenerte conmigo, al no volver a verte, al no poder abrazarte, al no poder consentirte, tantas cosas que ya no puedo hacer, solo me queda expresar que donde quiera que estés mi corazón y mis pensamientos estarán contigo.
En estos 5 años; 4 meses; 3 semanas; 3 días de tú ausencia he aprendido que un bebe de un año y cuatro meses, es más fuerte que un adulto, que sabe sobrellevar una terrible enfermedad con la mayor felicidad posible; que hay que vivir cada día, cada momento como algo irrepetible, como si fuese el último; que no hay que darle valor a las cosas materiales porque si no sirvieron para evitar tu partida, entonces son inútiles; que hay que expresar el amor por encima de las demás cosas; que hay que decir lo que se siente y amar a quien nos ama.
Me enseñaste a ser fuerte como tú lo fuiste, amada mía, que estés orgullosa de mí casi tanto como yo lo estoy de ti.