Cuando era niño soñaba
vivir cosas diferentes,
como aventuras de “Verne”
o “Salgari”… imaginaba.
Sus libros me fascinaban
por su singular estilo,
y me tenían en vilo
ya que en ellos me adentraba.
Creía cuando mayor
vivir hechos similares,
y lanzarme por los mares
como un pirata invasor.
Y hasta “Selene” viajar
en una nave espacial,
con un atuendo especial
en real vuelo triunfal.
Pero más me fascinaba
el mar “Caribe” surcar,
y así poder asaltar
naves que por el andaban.
Y solía divagar
que en combates viviría,
y que este mundo tendría
mil tierras para explorar.
El hecho es que ahora cuento
con aventuras virtuales,
que, obvio, no serán iguales
y por ello me lamento.
Qué hermosos aquellos tiempos
viviendo esos escenarios,
con ropaje de corsario
y el velamen a los vientos.
En el puente siempre ansioso
buscando pingüe botín,
con mi tricornio carmín
y tal vez parche en un ojo.
Expuesto a los cuatro vientos
que suelen cruzar los mares,
entre miles de avatares
que imponían esos tiempos.
Pero ahora es diferente
tengo en la mano controles,
y juego al “juego de roles”
cual un chiquillo indolente.
Todo velozmente muta
hoy van por la mar “cruceros”,
y no quedan \"bucaneros\"
por ninguna de las rutas.
Así las nuevas camadas
de juventud en camino,
verán cambiado el destino
en vivencias camufladas.
Ya poco queda real
esfumándose experiencias,
y apelando a mi inconsciencia
doy “click” a un juego virtual.
Jorge Horacio Richino
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