Es cosa cierta que los mundanos placeres
y asimismo el afable y etéreo amor
se encuentran naturalmente ahí en las mujeres...
como está la burda espina en la endeble flor.
Divina hembra y es que tu indudablemente eres
un ángel o acaso el vil demonio en persona;
podrías ser el más extraño de los seres...
pero así aún te amo imprescindible varona.
Tomas al incauto hombre y le dañas la mente,
lo haces feliz, y en tus ojos satán se asoma;
olvidas ser mujer y te vuelves serpiente
luego te arrepientes y el buen Dios te perdona.