Fue tu numen portal de los versos
que cruzaron los cielos y mares;
y en sus alas llevaban trinares
de vigores y sueños dispersos.
Perfumaban sus pétalos tersos,
de los hombres, sus tristes pesares;
que producen amargos cantares
que ocasionan los seres perversos.
Con tu rima de estela preciosa,
tu pudiste alumbrar el camino
que conduce al vergel de Thalía.
¡Y tu lira, febril y armoniosa
con tu pluma de origen divino;
nos legaron tu gran poesía!
Autor: Aníbal Rodríguez.