MARDON

LIBRE

Libre a sabiendas que…

como pingüino emperador

vivo en la espesura gélida

de un destino sin principio

ni fin que se vuelve incierto.

 

Cada día, azaroso renuevo

vestido de locura y pasión,

se descuelga en el horizonte;

unas veces yace en el olvido,

otras veces remonta al cenit.

 

Vuelvo a sentir esa zozobra

que me vuelve ajena a lo real;

me sumerjo entre la niebla

buscando que el silencio

me regale la paz anhelada.

 

Libre… aunque ser libre

implique estar en soledad,

soledad que abraza… fiel

y cálida acompañante que,

hace de los días luz y sombra.