Amanecer veinticuatro
Se que has escuchado,
en tu mundo de sombras,
las impertinencias de los sabios,
que quizá has perdido fuerzas,
pero no te dejaré ir, mi bella durmiente,
te seguiré besando con amor infinito,
para mantenerte despierta
y que tus débiles señales de vida,
me fortalezcan;
a mi si me indican lo que quieres,
seguir aquí,
no allí, a donde los que juraron proteger la vida,
te quieren enviar,
proponiendo el estúpido axioma de la muerte digna.
Que digna puede ser la muerte,
cuando nosotros solo queremos vivir en paz ?
Tu, pelea contra tus males,
yo, contra tus curanderos,
ya veremos como nos va.
La diferencia simplemente será,
donde debamos amarnos,
en el inmenso cosmos,
o en este planeta que asquea cada vez más.
Hoy, volveré a mimarte,
te acicalaré juiciósamente,
hablaremos,
haremos nuestros ejercicios,
te diré que te amo
y me responderás con tu lágrima.
Me contagiaré de tu paz,
quizá hagamos un viaje,
a alguno de los parajes de nuestras historias,
al lago sin agua, pero con peces bailarines,
o al bosque, donde las aves,
solo saben una canción de cuna.
Dejemos que Dios decida,
nosotros, aferrados de las manos,
solo pensemos en el amor,
y la vida que nos falta por vivir.
Ron Alphonso
18 de enero 2021