Que la luna llena sea el amalgama restante,
que su cósmica luz ilumine almas
y trace senderos que culminen en el mismo sitio.
Que los ojos y las palabras sean la sigaldria
que crea vínculos inquebrantables,
que la nominación haga su magia
y encuentre el nombre del fuego y el viento
para encendernos y avivarnos.
Que los anhelos coincidan con la otra parte
y sean también anhelados
y que los sueños sean soñados,
que las dudas y temores
sean derrotados y disipados.
Y que a la voz del así sea se cumpla
lo largamente esperado. Así sea.