Loco y feliz día,
raro e incrédulo momento,
pasajero y eterno segundo,
acción insípida del recuerdo,
dulce fracaso de la cercanía:
un olor frágil atrayente
y una voz que aleja e ignora.
Manos que tocan lo común: mis manos ser lo ordinario.
Baldosas cortas, de longitud infinitas en mi pensamiento
y ojos que miran universalmente
y ojos que queman mi cuerpo.
Todo era inaudito: más cerca de ella estaba,
todo era como en un agujero oscuro,
todo era lo que no se creía: estaba a mi lado,
como átomos donde de lejos estábamos cerca
y de cerca estábamos lejos.