En el año 82 el servicio militar en España era obligatorio para todos los varones nacidos aquí o nacionalizados.
Bien, me tocó África, concretamente en la ciudad española de Melilla que junto a la ciudad norteña Ceuta (aunque
los marroquies lo discutan) al menos la ciudad donde hice mi forzada mili, es española antes que el reino de
Navarra se uniera al Reino de Castilla.
Este poema es la historia mía de UNA MAÑANA al levantarme y en un rato libre antes de entrar a la garita para
ejercer, mi guardia de dos horas en el polvorín (dicen el más grande de España, al menos en aquellos tiempos,
aunque no estoy seguro) me senté en una silla al fresquito (era julio) hacía mucha calor y los barracones donde
dormíamos eran las únicas sombras que habían por allí, junto a las garitas y algunas higueras donde se llenaban
de gorriones para comerse lo higos,.
El polvorín estaba situado en la costa, en un gran acantilado y decían que por debajo tierra era todo hueco (nunca
lo vi, hice creo que una o dos guardias y me fui a mis islas soñadas, Las Islas Chafarinas) por allí estaban siempre
revoloteando muchas gaviotas y cuervos, recuerdo vagamente (hace 32 años ya) que estaba creo el vertedero
cerca y se llenaba aquello de todo tipo de aves..
Sentado en mi silla, (acababa de llegar de mi permiso, de estar junto a mi familia, junto a mi amada novia y la única
que me llevó al altar, la que fue la madre de dos de mis hijos, la misma que le prometí \"hasta que la muerte nos
separe\" y me equivoqué rompiendo esa maldita promesa ( eso ya es otra historia) a la que le escribí allí mi primer
libro \"TU IMAGEN EN MI ALMA\" que nunca lo publiqué, no creí jamás que mis poemas saldrían al mundo, o que
editaría algún libro, COMO TE DECÍA SENTADO EN AQUEL SILLÓN, SILLA, TABURETE, LLÁMESE COMO SEA,
mi pensamiento sólo estaba en el suroeste de Andalucía, en mi amada y querida Huelva, en mis padres, mis
hermanos (yo era el primogénito de seis varones, cinco fueron a servir a su país, el sexto se libró por familia
numerosa) y sobre todo en la mujer Aramost Ramos que era dueña de mi corazón, mi 1er amor (tenía 14 años y yo
17, cuando nos dio Cupido su flechazo inútil, ya que 18 años después la dejé, por el error de una niña de 18 años, (
mi nº maldito el 18, ya que está cerca los 18 años que me separé de la única mujer que me amó con locuras) que
tampoco me quedé con esa chica, me perdí por España y me perdí para siempre).
Pensaba en ella mientras le escribía mi carta diaria y mi casi poema diario, de vez en cuando mi mente estaba en
las nubes, volaban las aves, encendía un cigarro detrás de otro, la radio sonaba de un compañero por allí y surgió
una canción la cual ella y yo la habíamos oído o bailado juntos (cuando se bailaba pegados) recuerdo aquel perrillo
que jugaba entre las flores, escarbaba buscando seguro que algún hueso suyo escondido, y después de sus
matutinas vueltas, se acostó sobre la tierra del jardín y se puso a roncar. Seguí escribiendo y pensando en la
dueña de mi alma, mirando su foto y recordando sus besos, sentado en aquel sillón de Horcas Coloradas, Melilla,
(Norte de África) — en Playa de Horcas Coloradas.
Ermanué (c) 2015
UNA MAÑANA
Aquí estoy,
sentado en un sillón
pensando en ti,
recordando nuestras horas de amor.
El viento silba a mi alrededor,
se oye el susurro del mar,
en una radio suena una canción,
que alguna vez la oímos al azar.
La música me relaja,
llega hasta mi corazón...
Enciendo un pitillo
y sigo en el sillón.
Miro hacia el cielo,
veo cuervos y gaviotas volar,
algún que otro gorrión
en una rama cantar.
Un perro escarba en el jardín,
se tiende, se echa a dormir.
Todo está tranquilo,
nada ocurre aquí.
La radio sigue sonando,
yo...
Sigo pensando en ti.
(Horcas Coloradas Julio de 1982) MELILLA.