No conozco de horas ni de edénicos senderos
cuando muy absorto camino manso junto al río,
flojas y agotadas las mochilas y cuerinos aperos
y allá lejos, en la brumosa distancia, diviso el caserío.
El pensamiento domina in totum los pasos corporales
apenas ardientes calores de febrero sonrojan la piel
con el monte umbrío en desdén de frescos manantiales,
ni llaman los dulzores del camoatí, muy ahíto de miel.
En súbito me llegan los rituales del solapado igualitarismo,
zumbante anatema social que aboga cortar las diferencias
como si la lid proletaria la resuelve prioritario el animismo,
ausentes los ardores de la voluntad y el saber de las ciencias.
“Nada de talentos y virtudes”,¡oh el abanderado va por sorteo !
edicto de tramposa fraternidad pregona sociedad universal,
explosión parasitaria, miseria generatriz en clan del reserveo,
astuto Poder del oligarca hacia el pobre en desahucio intelectual.