Pitufopoeta

EL PODER DEL SILENCIO

EL PODER DEL SILENCIO


Mientras miraba la luna plateada
vi, como se dibujaba tu silueta,
haciendo divagar, mi alma de poeta
en una bella noche, jamás soñada.


Instante perfecto, instante divino,
tú mirabas la luna, yo a solas en silencio,
buscaba una respuesta, una llamada divina
el cosmos habló y aprisa surgieron los versos.


Fue magia nuestro encuentro
viajando por el universo,
en un poema por vez primera,
se cruzaron nuestras miradas.

Con tu presencia se hizo la noche día
se inundó mi jardín de luz y color
donde geminó la más hermosa flor
renaciendo en mi corazón la poesía.


Tú mi ángel de salvación
tú que me guías en la oscuridad
por la tenebrosa noche de mis deseos
quiero sentir los latidos de tu corazón
vomitando dulzura e intensidad
como un fiero volcán en erupción.


Mágico el día en que te conocí,
desnudando mi alma en cada despertar
con cada verso, con cada suspiro,
en mis largas noche de desvelo.
Te sueño... Te pienso... Te siento
...Y con tu imagen me despierto.


Donde sólo el silencio puede
leer los misterios de la soledad,
la melancolía de las aguas del río,
en su armonioso deambular
caminando sin descanso
buscando su destino en la mar.


Tan sólo el silencio puede
descifrar la música de la brisa,
que baja de la montaña,
surcando verdes valles,
para perderse en el frondoso bosque
de altivos y románticos pinos,
lugar donde mi alma mora.


Con el silencio puedo tocar
la melodía de tu dulce voz,
que como el trino del ruiseñor
llega acariciando mis sentidos.


Ver el sabor de tus versos,
néctar de las bellas flores
que crecen en mi jardín,
meciéndose con la brisa
en las mañanas de abril.


Puedo, oliendo tu sonrisa
escuchar el brillo de tus ojos,
que como la flor de azahar
se apodera de mi pensamiento.


Saboreando el calor de tu mirada
como mariposa de mil colores
que agitando sus alas al viento
va saltando de flor en flor.


Y tomando entre mis manos
la fragancia de la noche estrellada
puse en tus labios
la música de un verso.


Mángelbe.