Hoy quise escribir un poema
y no pude.
Se diluyó por los poros
de la nada eterna,
o se quedó en una cola,
en una de tantas
que hoy frecuentan mi país,
o tal vez se montó en un avión
o en una balsa
buscando la libertad,
o se habrá quedado aconsejando
a algún corrupto
para que tome el camino
de la virtud,
o consolando a algún afligido
golpeado por la roca del dolor,
o será que se escondió
en mi inconsciente,
detrás del muro
de las dudas y los lamentos.
...No lo sé.
Aunque yo creo que se fue
con las metáforas,
las elipsis y los símiles
a beberse mis versos en un bar
y se olvidó de visitarme.
Mañana intentaré
invitarlo nuevamente
a reunirse con mi teclado
y mis ideas.
...Ojalá y se acuerde
de este solitario poeta.
Por: Ernesto Marrero