¡Aprendí a desahogar
mi dolor espiritual,
mis penas, mis lágrimas,
sólo en seres sensibles
que saben valorar
esos nobles sentimientos,
acurrucándome
en sus regazos amorosos
para escuchar palabras
de aliento...
de consuelo...
aunque sean
palabras mudas
envueltas en un
sincero abrazo!...
Nhylath
(MZV-01010-19)