Para Amarilys, mi hija
Primero fue el viento
Que te envolvía
Tibio, alborotado,
Recibiendo a su hija
Querida
Agradecida.
Luego, los olores:
Huele diferente tu tierra,
Tus pies lo saben,
Tu corazón, se quiebra,
Desbordado.
Abres los ojos
Y todas las aguas brotan
Limpiando
Ausencias y abrazos
Añorados
Guardados,
Vividos en la distancia
Compartidos.
Y alzas la mirada
Bendecida
Sintiendo, escuchando,
Recibiendo,
Toda la magia
En brazos
Del viento.