Hermes Antonio Varillas Labrador

“Cuento de un vate macilento”. (1ero de una humorística y kilométrica saga)

“Cuento de un vate macilento”.

 

En cada estancia o pago

se oyen los mil y un cuentos,

muy humilde y sin halagos

es el mío en este momento.

 

De un mozalbete algo vago

con picardía y gran aliento,

no le valieron los zurriagos

de chispas era un portento.

 

Le apodaban el rey mago

en su muy raudo jumento,

decía venir de Cartago

en sus viajes con el viento.

 

Conocía los ríos y lagos

y el mar hasta muy adentro,

kilométricos eran sus diálogos

con mil fábulas e inventos.

 

Desnudado por ser gago

pese al énfasis en acentos,

lo escuchaban por Santiago

con eco hasta en Barlovento:

 

“Me ocurre cuando me embriago

con mi pudor sin su asiento,

que no se trata de rezagos

mis gases tan malo lientos.

 

No teman que no me cago

sólo es que ando flatulento

como lo diría Saramago

déjense de aspavientos”.

 

Pero en un día cruel y aciago

en infausto y triste evento,

haciendo suertes y amagos

en actos por demás violentos.

 

Comiendo sables cual tragos

como si estos fueran alimento,

jocoso decía “me empalago”

y vino la parca a su encuentro.

 

Y para concluir este estrago

dejo la moraleja del cuento,

sin culpa la parca de lo que hago

 que el hilo vaya rápido o lento.

 

Lo dijo un tal doctor Sayago

un deceso por motivo violento

no se compare con un lumbago

menos con holocausto virulento.

 

Y me pregunta una chica prepago

¿Un toque violento será igual

al violatorio procedimiento

es decir, al viral o virulento?

 

Hermes Varillas Labrador

#FormandoCiudadanía” & “#ElArcoIrisDeLosNiños.