Y me enamoré…
sin poder mirarte,
sin poder besarte,
sin poder tocarte.
Y me enamoré…
tan solo de pensarte,
tan solo de escucharte,
tan solo de poder sentirte.
Sin más… me enamoré:
porque viajé a tus entrañas,
tus versos fueron mi ambrosía
tu sutil y dulce alma mi estadía;
así… sin tenerte… me enamoré…