Juan Manuel Hernández.

Prometí no escribirte más.

Prometí no escribirte más

cohibir a mi pluma de nombrarte

prometí no agobiarte más con intentos vanos de falso arte.  

 

Olvidé por completo mi promesa

en un gesto por acabar con este duelo

sin poder soportar tu figura en el suelo

llorando, hundida por la tristeza.  

 

Prometí no dañarte

sin condiciones estar por ti

que pudieses ver apoyo en mi

y en las noches frías consolarte.

 

Pero hoy, los planes han cambiado

en este punto no sabemos qué hacer

no hay tardes tibias, solo noche y amanecer

y el intento de apoyarte no he logrado.

La noche ha llegado y sigo siendo un tirano

tus ojos tristes te muestran cansada

y a pesar de todo, te muestras centrada

y fría, aunque se acerque el verano.  

 

Tu mirada perdida juega a la desesperación

nos encontramos remando a contracorriente

apostando a veces por quién es más hiriente

y en ese momento domina la frustración.  

 

Espera, aún no cedas por favor.

Roxan aguarda por nosotros

aunque estemos tristes, aunque estemos rotos

aunque nos domine el pavor.  

 

Espera, aún no está la batalla perdida

aunque estemos a punto de la rendición

aunque quizás sea éste el punto de inflexión

aunque te sientas abatida.  

 

Prometí no volverte a escribir

no dedicarte más algún otro verso

Pero eres tú el significado de mi universo

y al verte marchar, lo debo decir.  

 

Prometí no hacer verso alguno

y ahora rompo mi promesa al vernos abrazados

en esta espera inconclusa

hasta que se canse uno,

o quizás los dos...