Entre la tenue luz que encendía abril
Brotaba el capullo y la flor que descubre enero
El suspiro delicado del beso que se anhela
El nido y el abrigo de mis alas fatigadas
Florecía, la mirada renacida en mi prosa insaciable
Mis versos de claveles en tu pecho angelical
Las caricias furtivas en la espalda virginal
Y la mano humedecida por el roció de la desnudez
Regrésame el abril, el cobijo del jardín donde el alma deshoje
El libro de poesía que con pétalos en la piel escribí
Devuélveme los besos, el latido y el aliento
Anda, regrésame a aquel abril, que los cisnes no han partido
Quiero retornar a su corazón
A la mirada del ángel que entre sollozos me cautivo
A la lluvia en el rostro que la lágrima procreo
Quiero de nuevo ser bosque y canción
Entre la tenue luz que encendía abril
Vencía el laberinto del amor, para llegar a ti
Hoy los días son feroces, asesinos sin tu luz
Devuélveme la mirada, sus manos sin temor
Regrésame sus ansias, su sonrisa de jazmín
Los labios que en penumbras vencían mi temor
No me niegues su palabra de amor
El grito, el gemido, de las noches de abril