De la cuna a la tumba
La razón me ha sugerido frenar la vida,
frenar y cerrar la ruta de ida,
sin retornar jamás a ninguna parte.
La vida es amarga y sin rostro,
su contrario se precipita sin llamarlo,
aunque la universal fatalidad
podemos elegirla en libertad.
La última cama... la de la morgue
donde repose antes de ser absorbido,
por la tierra o el fuego.
Un laico final el mío será,
será un ausente evangelio
leído o cantando en el sepelio,
nada de eso habrá,
no hay destino para mi \"alma\".