La primavera me trajo
la forma imprecisa de tu abrazo,
como si el invierno al salir
quisiera arrepentirse
bajar del cielo y esconderse
para no ver el ocaso.
Estos árboles que rondan mi casa
afloran con emoción sus senos verdes
en tu homenaje echando ramos.
No sé, me dio por pensar que tenian
el propósito que tú los llenaras.
No fue así, crecieron sin raíces
quizá antes de nacer
destinados estaban al fracaso
y el viento que entre el ramaje soplaba,
olvidó hasta el sonido tus pasos.
Así pasará todo,
de ellos te volverás flor pasajera,
huérfana del esplendor
de otros años.
Luego tu piel bajo el sol viudo
pasará reclamando
el pulso indiferente de mis labios.
No habrán ventanales solemnes,
nl amaneceres, ni palacios.
Ni despertar siquiera
con el mismo sobresalto
que haga crispar tus muslos
con el solo roce de mis manos.
La noche y el invierno
simplemente se fueron
y volverás a casa
donde esperan libros a medio leer
y sábanas sucias
por tus sueños quebrantados.
El trasiego de los días irrumpe
el desvaido recuerdo
de tu cuerpo en mi regazo.
Justo Aldu © J.A.S.D
Panameño
Enero 2021
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