Cae mi lluvia para abrazar tu piel
te moja y gota a gota busca afanosa
limpiar el ayer de miedos y sombras.
Deshacer quisiera mis enfados,
y alejar la condena de saberte ajeno.
Estrenar y reestrenar la fárfara,
florecerte en todos mis partos,
mas sé que mis ríos vertiginosos
no apagan todos tus incendios.
Besar quisiera sin punto de reseña
la ofuscación, el indiviso y contigo
reencontrarme en nuevos paraísos.
Renunciar a mi desnuda sombra,
borrar las confusiones de mi cintura
afiliarla a los signos ilícitos de tus manos
dibujándome el placer prohibido,
y sin espanto dejar a mi ladrón preferido
ser esclava del cuento viejo de Sherezada.