La vi, no la vi.
Fue un sueño hecho realidad.
La vi; estaba a dos asientos de mi:
Con el pelo negro que parecía la misma oscuridad, con un lunar en medio del mentón.
Con unas manos tan finas que sus dedos parecían agujas.
La vi, de lejos la vi. Ella me vio, yo la vi.
Nuestras almas se encontraron en un río
de placer, nos llamábamos con la mirada.
Ella pedía que le hablara, yo deseando que ella se me acercará.
La vi, me vio. Nos vimos. El viaje se hizo eterno,nuestras almas se enámoraron;
Yo de sus grandes ojos fijos, ella de mi cristalina soledad.
Nos vimos, a lo lejos. Nos amamos sin querer.
Sin embargo, jamás nos volvimos a ver.