La noche se rebeló
y dijo no.
No más descanso
ni bajar el cierre.
No más caer de ojos
ni más infusiones milagrosas.
La noche no cortó el hilo
que la une con el día,
con las mentes pensantes
de lo diurno,
con las noticias que congelan
los horrores de las noticias,
para repetirlas en su rueca
sin fin...
La noche empató de nuevo
los nudos de las tormentas,
de los cabos que llevan al vacío,
de los problemas en conserva
de casi nula solución,
en su loca maraña de ideas
muertas...
La noche es impredecible,
la noche engaña y esconde,
y cuando le parece accede
al descanso cotidiano,
y cuando le parece juega
a su loco juego de azar.
La noche no busca equilibrios,
ni palmadas a sus espaldas,
ni acepta órdenes de médicos,
ni de políticos, ni de nadie.
La noche vive su vida
de sin acuerdos y desvaríos.
La noche nunca es amiga fiel.
La noche tiene su propio ritmo
de compases indecisos ,
tiene su propio instinto...
Y a veces muerde...