Todo fue mentira,
el suspiro de tu boca contestando a cada verso,
y tus besos
conversando con mis rimas.
El bullicio de tu risa alborotada,
la embaucadora sonrisa,
esa mueca de tus labios
que ahora sé que era fingida.
Mentira fueron las noches
en que tus brazos me envolvían,
el refugio que nos daban las esquinas,
y los ecos de la bella melodía
que bailaban las estrellas
hasta que el sol amanecía.
Y el mismo amanecer era una farsa,
la aurora al despertar era penumbra,
y el rocío…,
el rocío solo eran mis lágrimas.
Mentira, tu cuerpo acostado en mi regazo,
y el ardid de tus abrazos,
largos, fuertes, tan sentidos…,
y tan falsos.
Hasta el tacto de tus dedos,
dibujando corazones en mi cuerpo,
sinfonía de caricias
irreales como fábulas de un cuento.
Y esas gotas recorriendo las mejillas,
artimañas de tus ojos,
para hacerme creer en un amor
desmentido por falacias y diatribas.
Y tus promesas…,
tus promesas también fueron mentira.