juanestrada

Retorno

Suena el timbre

y bajo la leve llovizna

de noviembre

resumo los treinta años

de conocer su cara:

la actitud del guerrero vencido

que nunca fue a la guerra;

llega con las manos en los bolsillos

y la cabeza gacha…

es Wakefield  que vuelve

con la lluvia,

con el viento de agosto

o con las tardes tediosas

de luminosos domingos.

 

Regresa como si nunca

hubiese partido,

perpetuando en su empecinado silencio

heridas que ya no sangran

y empolvados recuerdos

que ya no hablan.

 

Suena el timbre

y su figura menuda

cruza como un fantasma

la tenue penumbra

del largo zaguán

trayendo como equipaje

las noticias de su ausencia

y los abrazos contenidos

durante largas noches en vela

cuando en vano buscó lo perdido…

los besos guardados

bajo las alas del cuervo que grita

¡nunca más, nunca más!