Llegué con mis propios pies por delante
así y con todo
llegué hasta donde se abría la hermosura del bosque
y todo cambió de repente
se llenó mi alma
no tuve que perderme con la mirada acabada de llegar.
Hasta los margenes de la abundancia sobraron
dentro de lo que nunca sobraba
y cambió el tono de la luz
y se abrieron los claros de la mente
y el cielo oscuro despejó las dudas de mis manos
las hizo fuertes sin pestañear, como si fueran los primeros ojos al nacer
no hubo truenos, ni tormentas,ni tempestad,
ni besos de bienvenida
la voz con pausa calmada devolvió los silencios
y el mismo eco dio las gracias sin mi permiso
solo el frio de mi tumba
pudo convencerme y supe de mi final
no lo duden
sé que ustedes también tendran que llegar.
sigan la senda de los cipreses
clamando por fin su libertad.