Cuando la tierra germine nuevamente vida y no un virus que nos mata
habrá un cielo más estrellado que desde arriba nos miraran titilando.
La salud bañara todo el cuerpo y volverá el fervoroso abrazo,
habrá jubilo en cada rostro, se hundirá el mundo en el calor humano
la claridad y la ventura nos volverá hermanos,
reconoceremos en los rostros la sonrisa, la palabra florecerá
en cada labio sin ser amenaza el verlas surgir de tajo
y por un tiempo la amiga muerte sonará amistosa nuevamente
no insensata como ahora, que a todos los que amamos amenaza
seguiremos el camino hasta cansados y jubilosos reencontrarla.
Y sin embargo ahora son perdurables las distancias.
la sed de acariciar y el descobijo de cariños recubren el silencio
los anuncios de muerte en internet y por todos los medios
nublan el mañana o lo inauguran de inquietantes recuerdos
agonizamos bajo la dicha de estar vivos, sabiendo que nuestros cercanos
ayer sin enterarnos u hoy como sorpresa se marchan…, quizás mañana
y ese borde de abismo, ese letal momento nos atormenta.