Miro tu cara
tan llena de ternura
y tiene sueño.
Están cansados
tus párpados, y quieres
cerrar los ojos.
Pero preciso
entrar a tus pupilas
y descansar.
Estar en ellas,
vibrar con sus latidos
y así dormirme.
Sueños de niños
que ansían utopías
y poco más.
Lenguas de trapo
que apenas balbucean
pidiendo amor.
Pero mis ojos,
inquietos e infantiles,
a ti te buscan.
Quieren la voz,
la mano y el abrazo
que tú me ofreces
Y alcanzo entonces
el verso y el poema
de un nuevo sueño.
Rafael Sánchez Ortega ©
08/09/20