Dulce sabor la amistad
que tanto cuesta en cocerse,
que en los años permanece
y nunca pide de más...
Empieza siempre en un juego
y allí va fraguando todo,
con mimo guarda un tesoro
que comparte y es real.
Madurando va con tiento
y así crecen los momentos
de la vida y sus lamentos,
de alegría y realidad.
Quitándole la importancia
que le marcan las distancias
de los distintos caminos
que se tejen por azar
La amistad perdona todo,
los tropiezos y los lodos,
Cambios que el mundo a su modo
se va empeñando en pintar,
para que juntos un día,
no importa ni el mes ni el año,
más con la fuerza de antaño
sea un mismo el caminar