Permanecí aislado de la gente,
la soledad comprendía a mi mente.
Mantengo el silencio como referente
pues un sabio calla frente al indecente.
Escribí en mi piel la música con permanente,
de los versos soy creyente.
Si quieres hablar de mí, hazlo de frente;
ante el falso el sincero prevalece.
Soñaré con su sonrisa y con su mente,
su físico jamás será inteligente.
Qué le den a la industria de cuerpos fuertes,
la sensualidad se viste interiormente.
Le rezo al pentagrama, él siempre vuelve,
y me deja fluir sentimentalmente.
Enamorado de un folio con cicatrices,
de él fui paciente en mis días grises.
Incomprendido por crear arte amargo,
pero los mayores genios sufrían daños.
Mis ruinas se visten de versos opacos,
pues pocos, o nadie, comprenden mi canto.
Llévame a un lugar donde sentir no duela,
donde sea libre de críticas que se cuelan,
a volar con las alas rotas y llenas de secuelas,
pero no me devuelvas a la escuela…
Llévame a un lugar donde sentir no duela,
pero no me devuelvas a la escuela…
Ella se vestía de luz y mi oscuridad temblaba,
abrazándola se me pasaban las mañanas…
Soy ateo creyente de su voz cálida,
cambié el café por despertar y poder besarla.
Fui tempestad ante un arte de palabras,
capaz de surfear en estrofas amargas.
La lírica me dio lo que busqué en una mirada,
¿por qué tanto mal en una vida que se acaba?
Tú lo material, yo con la materia de sus átomos...
Tú lo físico, yo con inteligencia de la mano...
Tú el mundo, yo el universo en sus labios…
Tú el ártico, yo creando arte versático...
Ojalá la vida te regalara libertad
y el Estado fuera tu estado de bienestar;
ojalá la luz fuera amiga de soledad;
ojalá no doliera tanto sentir para crear...
Ojalá el cáncer no terminase con tu vida,
ni el infarto te impidiera lograr amar;
ojalá el “bicho” nos dejara poder abrazar,
ojalá siguieran con vida los que ya no están…
Ojalá el cáncer no terminase con tu vida;
ojalá la vida te regalara libertad;
ojalá no doliera tanto sentir para crear...
Ojalá siguieran con vida los que ya no están…
Quienes no logran valorar la vida
jamás le darán vida a sus acciones.
Quienes no valoran la bella lírica,
no esperes que valoren tus emociones.
El sistema fue la chispa de una cerilla húmeda,
tras venderle un sueño que terminó en pesadilla.
Me dijeron “chico, hipotécate la vida”
pero la muerte resultó ser más comprensiva.
Le compré mis acciones a la ruina
y le declaró amor eterno a mi locura,
tal vez por ello hoy soy hijo de la poesía;
escribiendo para lograr encontrar la cura.
Sigo siendo el niño roto de antaño;
aumenté la edad y sumé más daños.
No me llames si con otro llevaste un desengaño,
yo te di todo y a cambio recibí tu engaño.
Se me olvidó cómo querer después de huir,
y ahora solo demuestro lo que siento por mí.
Las corazas no me impiden quererte a ti,
por ello en forma de poema te lo escribí.
Después de recitar puedo ser feliz,
porque vacío mi alma para sanar la cicatriz.
Quien no entiende esto, no entiende mi vivir,
o el problema soy yo, o ellos no saben sentir...
Las corazas no me impiden quererte a ti,
por ello en forma de poema te lo escribí.
Quien no entiende esto, no entiende mi vivir,
o el problema soy yo, o ellos no saben sentir...