Al Duborg

Mercedes...

Con tu brisa matutina

le di luces a mis letras,

y en mis estrofas penetras

como práctica rutina.

Llegada la vespertina

atravesando las redes,

el arte no tiene sedes

ni mucho menos portal.

Tu nombre será inmortal

en el Parnaso Mercedes.

 

Encauzaste mi caudal

a través del pensamiento,

me diste en todo momento

apoyo incondicional.

Brotaba del manantial

tu gramática poética,

hizo brillar a la estética

adornando cada verso,

lo largo de este universo

se define con la métrica. 

 

Quiero rendirte tributo

siempre estaré agradecido,

tu diste luz y sentido

a mi vestido de luto.

Tu carácter impoluto

símbolo de honestidad,

en tus labios la verdad

por la clásica matriz,

que iluminó al aprendiz

con tu brillo de humildad.

 

Aprendí el arte menor

en cuarteta y redondilla,

lo que fuera una cosquilla,

busca un sendero mayor.

Todavía en el albor

a veces hago un soneto

y mi pensamiento inquieto,

quiere encontrar la razón,

y aunque ponga el corazón,

siempre me sale “choreto”.