La vida no puede ser un cuento, es un sueño hecho realidad,
se actúa a cada instante y se escribe paso a paso una crónica,
esto es un verdadero acontecimiento , no sólo una virtualidad,
tu ruta es muy concreta , una dulce melodía total y armónica.
En nuestro peregrinar existen etapas que parecen pura fantasía,
debemos diferenciar con demasiada claridad lo real de lo virtual,
con esto podemos diferenciar aquellos momentos de hipocresía
y distinguir , a la luz de la razón pura ,todo lo profano y lo espiritual.
Es una obligación tomar conciencia de cada una de las circunstancias
mirando al mañana con detenimiento , ojos abiertos y escrutadores,
posiblemente haya que recorrer crueles e interminables distancias
pero se cuenta en todo instante con unos personajes : Los educadores.
Los virus y los desastres atacan sin piedad a todos los seres humanos
muestran en forma cruda nuestra verdadera y transparente fragilidad,
cuando llegan las pandemias nos recuerdan que somos unos hermanos,
hay que eliminar la codicia y utilizar como un instrumento nuestra agilidad.
Se debe sacar tiempo para todo, incluso para nuestro real arrepentimiento,
las cargas morales llegan a ocupar el cerebro y perdemos toda la atención,
haz siempre el bien, aprovecha al máximo la intensidad de tus conocimientos,
la muerte llega , aplica para todos , no respeta una importante convención.
Jaime Muñoz, 18 de marzo de 2020