Buscando nuevamente inspiración,
deliran hoy mis musas y se aburren,
no encuentran la secuencia y trabazón
por mucho que se empeñan y discurren.
Divagan y se pierden sin razón,
y esperan que al oído les susurren
un mínimo de trama y corazón,
deidades que otras veces sí concurren.
Calíope no acude a mi rescate;
Talía, al parecer no se percata;
Euterpe, disimula y da un regate;
¿Melpómene?, la encuentro timorata…,
mas, antes que enloquezca cual orate,
Erato, enamorada, me rescata.
Deogracias González de la Aleja