Con las manos tan vacías
la encontraron sin un libro;
viendo el reloj, yo calibro,
que está llena de apatías.
Y van pasando los días...
¿Qué pasa, si todo ignoras,
dejando escapar las horas
sin tener justa conciencia?
Sufriendo irás penitencia,
como las almas deudoras.
Llorarás siempre tus penas
las que cargas en el alma
y el viento como a la palma
arrastrará tus cadenas.
Y tú misma te condenas
arrastrándote en el suelo
nunca más tendrás consuelo
por ingrata y cruel desidia
que aumentará la perfidia
bajo el ancho azul del cielo.
Es el cielo que te cubre
en tus noches tan sombrías
con estultas lejanías
que tu craso error encubre.
¿Quién ahora lo descubre
para sacarte del charco,
del fango que hunde tu barco
en el mar embravecido,
donde todo está perdido
con el pensamiento parco?
Te destrozan y te engañan
como a doncella inocente
el malvado es inclemente
con tu existencia se ensañan.
Fácilmente te enmarañan
los buitres de pacotilla
marcando con estampilla
los pasos que tú vas dando
y otros van aprovechando
para salvar su barquilla.
¿Quién será manipulada
en las calles y los mares,
quién le causará pesares
en el alma atribulada?
Venga luz de la alborada
a vencer toda negrura,
salva pronto esta criatura
e ilumina su destino,
¡Quita el cebo del camino
que alimenta la incultura!