De pronto abro los ojos
y se han curvado los húmeros,
han florecido andenes
sobre todas las colinas tersas de enero;
Despierto y me doy cuenta
se hizo tarde,
se hizo invierno y llegó diciembre
con su dulce escarcha,
sobre esta testa
que ha revelado sus blancos meridianos.
De pronto llego a tu boca
y descubro el abismo ligero, la húmeda tumba
de todas las sombras trágicas
con sus vibraciones del alma;
Me doy cuenta que el dolor se pierde,
el vértigo se traga
riscos y estatuas de melancolía
y devuelve
ríos de hostias, liquidas raíces
y un bálsamo de olores
para las fétidas heridas;
¿Hace cuantos años voy a ti?
¿Cuantas heridas he llevado a ti?
Todos saben cuál es mi dolor
y mi momentánea gracia de vivir;
Estamos juntos bajo la sombra ciega
de los deseos
con nuestra desnudez de agua
naufragando,
bebiéndonos la sed del universo
en nuestras bocas;
Vámonos juntos hacia el horizonte,
allí donde la pomposa tierra nos espera
con su proa de silencio;
Salgamos, ahora que forcejeamos
en nuestros designios,
con el borde de nuestras almas
que se han hecho
una única llaga de amor
para todas las sombras de esta tierra.