No es su cuerpo ni su mente
ni tampoco su osadía,
es su alma que no miente,
la que alumbra cada día
es el fuego en su mirada
que recorre mi existencia
lo que aviva y lo que mata
que me calma mis dolencias
Ella sabe que la quiero
y la quiero todo el día,
es por eso que le escribo
algo más que una poesía
Cuando pienso en su mirada
me imagino un par de estrellas,
porque brillan de la nada,
porque nadie como ella
pues su canto me enternece
y su voz es melodía,
porque ella se merece
algo más que una poesía.