He querido en esta hora dibujar primaveras
con mi pluma del alma, con las flores senderas.
Esas flores que adornan la historia de mi vida
con sus pétalos suaves, con espina y herida
con matices diversos, con pujanza aguerrida
invitando a la lucha con visión decidida.
Es momento preciado de un alto en el camino,
es momento preciado valorando el destino.
Caminando la senda, caminando praderas
con los pasos seguros sin la vida rendida,
voy tenaz y marchando contra vil desatino.
¡Oh, vivir es divino!
¿Y qué importan dolores que provocan abrojos,
si las flores tan bellas alegraron mis ojos?