¿Soy o no soy?
cuestionase mi alma cada día.
Acompaña al Rey Astro
en su despertar cotidiano
con su incesante preocupación
¿Seré yo, o culpable quizás
de una burda actuación?
No encuentra respuesta
y prefiere por la mañana
en claustral silencio meditarla
hasta que exhausta
de encerrarse en su ser
vuelve, cual espesa niebla
a aparecer.
Aprovecha los últimos
rayos de sol
para frente a un espejo mirarse
¿Es este mi rostro.
mi verdadera faz,
o una pesada careta
que me es imposible arrancar?
Y llora, llora el alma mía
desconsoladamente,
buscando verdadera plenitud
cada mísero día.
Mas aún cuando el cielo
de oscuro se tinta
y alrededor brillantes
danzan estrellas tímidas
se encuentra mi alma
en oscuridad sumergida.
Ella sola, sin nada más
únicamente con un Dios
que la puede escuchar.
Y un fuerte impulso siente
un enorme amor ardiente
extasiada grita con voz fuerte
¡Padre, que cuántas capas
llevo, tu consigas quitar
pues es deseo mio ferviente
parecerme a tí y no a nadie más!