Una lección más leída ya desaprendida
Reinventarse no es como una despedida
Cada creencia, cada palabra mal decidida
Flota y se oscurece, el cambio es la salida
Otra obra dejada en el camino en vano
Impaciente se quemó la mano
Ya no hay palabras, ya no hay piano
Queda el hedor del silencio que emano
Otra partida renunciada sin comenzar
El miedo y la oportunidad no saben rezar
Nunca hubo tutorial que nos enseñe a jugar
Pero siempre hubo cartas que tirar, algo que mejorar
Al final, cuando las picaduras ya no arden
Y las memorias se desadornen, se descomponen
Para que las emociones ya no se banen
Entonces el control domina cada vivencia con orden
Para que el dolor de la existencia deje de ser como lo ponen