Guardián De Ángeles

TAMBIÉN HAY LUCES FRÍAS

¡Ay las flores! Es tanta la hermosura floreciente 
repleta de un efluvio odorífico, sublime y profundo, 
así propician que los orificios de mi olfato
al percibirlas se agranden del tamaño del mundo.

¡No permaneceré sólo en el claustro de los sueños,
no viviré sin libertad, emergeré en ese mundo
repleto de luminiscencia con un cielo
donde more con la presencia de la luna!

¡No será breve el tiempo
de la sublime consumación,
de dos seres que se aman,
no soportarán la distancia
ni combatirán los silencios,
si pueden conquistar juntos la eternidad!

¡Bello astro de mis anhelos, 
atrae mi piel de mar, 
de este mar que me ha devorado,
y desciende, y sumérjete, 
vuélvete marina
y dilúyete bajo la superficie 
de mi consistencia líquida que por ti clama!

¡Ahora que me veo sin tu luz, sin ti,
que siento que te escondes de mi vista,
no rompamos el cordón que nos une,
y vive ya mismo en mí!
¡Quédate por siempre en mi cielo,
aún si debamos estar cada uno
en lados contrarios del mundo!

Una noche, una noche bastará,
tan sólo una noche para saber
si al fin te quedas, o si acaso te vas,
una noche y nada más, 
por la escisión o la unión por siempre!