En el silencio de lo más profundo
surge un suspiro
y se dispersa contraido el raciocinio,
único alivio a un hombre
en sí oscuramente perdido...
De las olas de su espíritu
emerge entonces alguna sílaba
y asciende con la ensoñación
de sus amígdalas.
Y sigue a solas su camino
distraído en no se sabe donde,
y él no se ha movido;
sí el niño que dentro de él habita;
y sigue hasta el olvido,
que es su meta única.
En el mundo presente
necesita un augurio
de mejor esperanza
a considerar en su idilio
de vida inmotivada...