Todos tenemos un límite
más rígido o más flexible
ellos nos encauzan
si se transgreden, se sufre
te enferman, si te someten.
Los entramados vibratorios
nos unen como hilos rojos
nadie sabe de la trama
nadie recuerda su ovillo.
Y el cielo que rocía tu alivio
hoy martiriza a los truenos
y no hay tormentas dentro tuyo
sin tu amoroso permiso
descansa sobre tu materia
y recuerda tu magnetismo.